Me gusta el cine y, aunque no he tenido la suerte de pasar por la escuela de cinematografía, diversas productoras han confiado en mí como guionista.
En el mundo de las artes audiovisuales he tenido el placer de poder disfrutar del cine más allá de lo que suele hacerse como espectador, participando de proyectos y rodajes.
En Activa Films y en Dark Room he escrito varios guiones, entre los que quisiera destacar “My Young blood” y “The girl in grey”.
«My Young blood” es un guión (para cine y como serie de televisión) en clave de terror/fantasía para público adolescente, con el protagonismo de una inquietante y bellísima vampira que acecha a unos jóvenes cuyo interés es el de pasar un fin de semana en las montañas.
“The girl in grey” es un drama con incursiones en el cine de terror que cuestiona esas situaciones en las que, ante la desesperación de no encontrar tratamiento para curar una enfermedad, podemos llegar a ponernos en manos de alguien sin escrúpulos. Tiene una base no ficticia: las lobotomizaciones a través de la cuenca ocular practicadas por el (antes de ser repudiado en el ámbito científico) prestigioso doctor Freeman. En el guión, los padres de una joven con un grado muy severo de depresión caen en manos de un discípulo de Freeman.
También participo en diversos proyectos relacionados con series de televisión.
Con la productora finlandesa Vegetarian Films participé en la creación del guión de “22 Suspended Souls [22SS], en colaboración con el director y guionista argentino Damián Pissarra. Fue una experiencia para la que no tengo palabras, había que estar allí para vivirlo. Se consiguió un récord Guinnes de suspensiones corporales simultáneas (22), pero registrarlo era muy caro y no se formalizó. Aprendí mucho de aquél proyecto, especialmente sobre la calidad humana de aquellas personas venidas de todo el mundo para vivir ese evento al límite. ¡Podría escribirse un tratado de antropología sobre la relación del ser humano con su propia capacidad de sufrimiento! Salí muy mareado tras el larguísimo rodaje (entre el calor sofocante, la tensión extrema de los veintidós suspendidos y el olor metálico de la sangre parecía que el ambiente marcial propio de un rodaje fuese algo anecdótico), pero el compañerismo de todos y el aprendizaje personal merecieron mucho la pena. Se rodó un documental del mismo nombre, en el que aparezco entrevistado. A modo de anécdota, en 22SS tengo un pequeño papel («cameo») como acólito del antagonista en la escena principal.
“22 Suspended Souls” es un largometraje de terror. Trata de una pareja que se enamora en tierras finlandesas. Él, tatuador de profesión, acudirá a un evento que promete cambiar su vida.
También estoy participando en un proyecto muy ilusionante con la productora Utopic, pero no puedo avanzaros más noticias sobre ello hasta que se presente oficialmente.