El diario United Times (China) ha contado conmigo para reflexionar sobre la crisis Cataluña-España (2017). Os muestro el primer artículo, publicado en la víspera del 1 de octubre (fecha del referéndum). En la imagen, como puede apreciarse, el texto aparece en su edición digital en chino y en castellano (al final del texto). También ha sido publicado en ambos idiomas en la versión impresa.
¿El mejor de los tiempos o el peor de los tiempos?
Aquí, el texto en castellano:
Por Jorge I. Aguadero Casado
Mi generación es la primera que no ha vivido una guerra. Tampoco hemos pasado hambre. Y esto, en España, es decir mucho. Entonces, ¿cómo explicar al mundo lo que está pasando en Cataluña?
Soy nacido en Barcelona, de los que se expresan con similar soltura en nuestras dos lenguas oficiales. La convivencia en las calles es ajena a la tensión que se respira en los despachos de los dirigentes políticos. Si se animan ustedes a pasear por las populares Ramblas de Barcelona podrán comprobar que luce el sol, que no hay gritos ni algaradas fuera de las manifestaciones y que la ciudad, como siempre, acoge al visitante. Entonces, ¿por qué los parlamentarios son incapaces de encontrar soluciones dialogadas? El problema lo hemos creado los votantes: hemos concentrado poderes civiles en individuos que no merecen nuestra confianza.
Los políticos al mando de la nave parecen tener un problema de carácter, de control de la ira. Y esto lo transmiten a las masas. Tengo muchas amistades en el bando secesionista e, igualmente, en el unionista. Les puedo garantizar que son buenas personas. Padres de familia, profesores de universidad, gente esforzada que desea un futuro mejor para todos. Pero, cuando leo sus comentarios en las redes sociales, no los reconozco. Asusta que, con solo el agitar de una bandera, la que sea, se oscurezcan los corazones.
Es, si me permiten la reflexión, un avispero de difícil solución. ¡Sería tan sencillo si pudiésemos trazar una raya entre buenos y malos! Por desgracia, lo que sucede en Cataluña no admite este tipo de simplificación. Ambas partes están cargadas de poderosas razones y al final, más allá de ser empujados por dirigentes sin escrúpulos, nuestro destino estará condicionado a las decisiones que, en conciencia, tomemos las personas a pie de calle. ¿Qué tipo de sociedad queremos ser?
Los primeros inmigrantes chinos pasaron desapercibidos entre la población local, pero la segunda generación está totalmente integrada en la sociedad catalana. Es una población que ha ido aumentando desde mediados de los años 90 y ahora, con una economía consolidada (especialmente en los campos del comercio minorista y de la restauración), miles de chinos empadronados en las ciudades catalanas (54.545 personas en 2016) representan un colectivo que ha de ser tenido en cuenta en la toma de decisiones civiles. ¿Cómo les va a afectar la situación presente?
¿Qué nos depara el futuro a corto plazo? ¿Seguirá Cataluña formando parte de España? ¿Se constituirá como nación independiente? Y si es así, ¿en el marco de la Unión Europea o fuera de ella? Las relaciones comerciales, los movimientos migratorios de personas, el respeto por los derechos civiles, ¿cómo se verán afectados?
Quisiera tomar partido, señalar dónde se hallan el Bien y el Mal, pero eso sería tratar de engañarles. Merece, la situación, análisis profundos, pues esto viene de muy lejos. Lo que sí puedo decirles es que, lo que vaya a pasar a partir del día 1 de octubre, tendrá consecuencias dramáticas en la estructura de la Unión Europea. Y ya saben que, cuando un gigante se resfría, el estornudo afecta a todos.