LA REFORMA Y LA UNIÓN PUEDEN HACER QUE EUROPA SALGA DE SUS DIFICULTADES.
Por Jorge I. Aguadero Casado.
– Publicado en Global Times (China) [papel y digital] el 10/08/2020 –
La Unión Europea ha aprobado recientemente tres planes nacionales de ayuda presentados por Italia, por un importe total de 6.000 millones de euros. El plan de ayuda es parte del marco del Fondo de Recuperación de la UE, destinado a ayudar a las pequeñas y medianas empresas, gravemente afectadas por la reciente pandemia de coronavirus. Es el primer plan de ayuda que se implementa desde que, el pasado 21 de julio, la UE aprobó un plan de recuperación de 750.000 millones de euros.
Según este plan, España podrá recibir 140.000 millones de euros en ayudas de las naciones nórdicas. Así, muchos amigos me han preguntado: “¿Por qué nos ayudan ahora? ¿Eso qué nos va a costar? Este acuerdo, calificado de “histórico” por los medios de comunicación, ¿puede traer la recuperación de la economía europea?”.
Por lo que sabemos, de este “fondo de recuperación” de 750.000 millones de euros, 390.000 millones se distribuyen principalmente a los estados miembros más afectados por la pandemia a través de financiación directa, mientras que 360.000 se proporcionan en forma de préstamos para las naciones del sur más afectadas. Queda por ver cómo se cobrará el dinero y si la nueva pandemia de coronavirus seguirá arrasando y dañando gravemente las economías de los países nórdicos.
Desconfianza y compromiso
Al tratarse del plan financiero más ambicioso de la historia de la UE, la aprobación de este fondo ha sido muy complicada. Es cierto que la Unión Europea es el consorcio estatal más integrado del mundo en la actualidad, pero aún existen grandes diferencias en la fuerza estructural, en el nivel de desarrollo económico, en las políticas internas y externas de las distintas naciones… así como en la medida en que cada estado miembro se ve afectado por la pandemia y en el daño económico que esto conlleva. Cada estado es diferente. El tema central del plan de recuperación es cómo asignar los fondos y vincular directamente los intereses vitales de los estados miembros: no es de extrañar que las naciones más relevantes se hayan involucrado en feroces juegos para negociar.
Tanto las naciones del norte como las del sur se han comprometido, siendo la cantidad de la ayuda exactamente la cifra solicitada por las naciones del sur de Europa. Sin embargo, los estados nórdicos desconfían de que los sureños empleemos eficazmente los fondos de ayuda, y tienen sus razones para hacerlo: tradicionalmente, nuestros gobiernos han utilizado los subsidios de la UE para satisfacer los deseos particulares de los políticos, no para mejorar la producción. ¡El propósito ha de ser no volver a pedir ayuda! En vista de esto, si las naciones del sur de Europa no llevan a cabo las reformas necesarias, los estados nórdicos, encabezados por Países Bajos, ciertamente esperan tener el derecho a veto.
De hecho, es ingenuo pretender que los estados del norte no supervisen nuestros fondos de ayuda, aunque esta vez no habrá una “Troika”. Todos sabemos en nuestro corazón que la situación actual de Europa es urgente: el “Brexit” británico, la irritabilidad de Trump y la reciente pandemia por coronavirus obligan a estrechar las relaciones internas de la UE. Si el sur de Europa colapsa, el norte no podrá sobrevivir solo. Los estados nórdicos tienen que ayudar porque no tienen otra opción; la situación presente de los estados del sur de Europa no puede atribuirse únicamente a la crisis pandémica. Nadie lo ignora: los problemas de los estados del sur se derivan específicamente de sus modelos de producción ineficientes y de sistemas educativos que penalizan la excelencia. El reciente coronavirus es solo la gota que colma el vaso que nos aplasta.
“Pérdida de pastel” y reforma.
Los estados del sur de Europa no estamos esperando un “mirlo blanco”. También contribuimos a la subvención de 390.000 millones de euros, porque igualmente tenemos que pagar impuestos a la UE. En cuanto al préstamo de 360.000 millones de euros, no olviden que los estados del sur de Europa deben devolverlo con intereses. Además, los estados receptores deben presentar sus agendas de reformas a Bruselas y cumplir con las directivas macroeconómicas emitidas por la Comisión Europea a los estados anualmente. En este caso, si las naciones nórdicas cuestionan el uso de fondos en los estados del sur, tienen derecho a solicitar al Consejo Europeo que revise y decida, mediante un sistema de votación por mayoría, si rescindir la ayuda financiera a las naciones auditadas.
Por otro lado, los estados nórdicos recibirán compensaciones. En concreto, la UE proporcionará 50.000 millones de euros para ayudar a las naciones hasta 2027. Además de Países Bajos y de las otras naciones que participan en esta negociación en nombre de Europa del Norte, Alemania también se beneficiará de ello. Esta última recibirá 3.600 millones de euros anuales a cambio de una donación al Fondo Europeo; Países Bajos recibirá 1.600 millones de euros al año, un poco más que Dinamarca, Suecia y Finlandia.
Para que este “acuerdo histórico” pueda reactivar la economía europea, lo más importante serán las reformas. Los estados receptores primero deben presentar un plan detallado de recuperación económica a la Unión Europea y, así, obtener los fondos correspondientes después de su aprobación. El plan se revisará todos los años para evitar el abuso de fondos por parte de los estados receptores, especialmente durante el trienio de 2021 a 2023.
Nueva crisis y unidad.
Durante la negociación de este acuerdo, fuimos testigos de una escena inusual: Alemania ha mediado por los intereses del sur de Europa, esperando que los estados miembros de la UE pudiesen llegar a un consenso lo antes posible. No olviden que, en el pasado, Alemania ha sido muy dura en las negociaciones con las naciones deficitarias, llegando a plantear, durante la crisis de deuda europea, que Grecia pagara su deuda con las islas cícladas.
Pero ahora Europa se enfrenta a una situación completamente nueva. El sur de Europa debe recordar que, gracias a que Alemania y Francia lanzaron el “Plan Europeo de Recuperación”, por un total de 500.000 millones de euros, ha habido un plan especial de fondos de recuperación de 750.000 millones de euros, posteriormente, por parte de la Comisión Europea. Si Italia, España, Portugal, Francia y Grecia reciben una buena ayuda, se deberá en gran parte a los esfuerzos de Alemania por llegar a un acuerdo.
¿Actúa Merkel como protectora de la UE? En las últimas décadas, la UE ha sido relativamente lenta en la mayoría de sus acciones. Pero, ante la grave crisis actual, en el contexto del mercado común, todas las naciones de la UE (incluida Alemania) esperan estabilidad y han de confiar en sí mismas.
¿Puede Europa salir de la crisis provocada por la pandemia?
Aunque, en el momento actual, las economías de los estados europeos se están recuperando, el consumo, la inversión y las exportaciones de los estados europeos han caído en todos los ámbitos afectados por el coronavirus, todos los motores de crecimiento se han parado y el número de desempleados ha aumentado considerablemente.
Italia y España, en el sur de Europa, son las principales víctimas del COVID-19. Antes de esto, ambas naciones habían experimentado la crisis financiera de 2008 y la crisis de deuda soberana de 2012, una tras la otra, cayendo aún más en recesión durante la pandemia. Francia es una gran nación en la industria de la aviación y en el turismo, estando particularmente afectada por la enfermedad; la situación es similar en España, donde el turismo es la industria pilar. El daño sufrido por el norte de Europa es menor, pero no se puede subestimar. La Oficina Federal de Estadística de Alemania anunció que el Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre de este año ha caído un 10,1% interanual, convirtiéndose en “(…) la mayor caída desde que Alemania comenzó a calcular el PIB trimestral en 1970”. En los países nórdicos, el número de desempleados también ha aumentado rápidamente en los tres meses posteriores a la pandemia.
Por lo tanto, Europa se enfrenta a un desafío integral y es muy importante comprender la interacción benigna, entre el norte y el sur del continente, en el plan de reforma de los estados receptores, para obtener el fondo de recuperación. Se espera que estas reformas afecten principalmente al mercado laboral y que provoquen graves fricciones en el corto plazo, porque obligarán a los gobiernos receptores a adoptar políticas laborales duras e impopulares. En mi opinión, es mejor para nosotros, en el sur, aprovechar esto, de una vez por todas, para cambiar el método de producción existente, que suprime la sostenibilidad de nuestro desarrollo. Esto significará terminar con la dependencia de la economía estacional y establecer un firme compromiso con la educación y la investigación científica, para crear nuevos puntos de crecimiento económico sólido. No obstante, la implementación de este “acuerdo histórico” depende de si las economías de los estados nórdicos pueden soportar el impacto de la reciente pandemia por COVID-19, ya que es probable que el coronavirus conviva con nosotros durante mucho tiempo. [El autor es un escritor español, este artículo fue traducido por Liu Mei].